Destiny

La muerte, lo que el ser humano aún no ha conseguido vencer. Queramos o no, siempre hay un final, es invevitable. O bien morimos tranquilamente cuando somos ancianos, o morimos por algún accidente, que ocurre por casualidad y desgraciadamente cae sobre nosotros. Aunque dicen que la casualidad no existe, para que haya pasado eso, anteriormente has tenido que tomar ciertas decisiones, aunque sean mínimas, como tomar esta dirección u otra, salir de casa ese día, pararse en tal sitio, Etc. Entonces es cuando la gente dice, ''qué mala suerte''. No sé si la suerte existe o no, pero siempre he sido partidaria de decir que la suerte la hacemos nosotros. Aunque no seamos conscientes de que hasta las pequeñas decisiones que tomamos pueden cambiar todo nuestro futuro, para bien o para mal. Pero claro, no puedes pararte a meditar varias horas sobre cualquier decisión, entonces las tomas como si nada, aún sin saber lo que eso podría significar. Hay otras decisiones que se meditan, aunque nunca vas a saber si eso será lo correcto para tu futuro, pero esque todavía no podemos ver el futuro, así que en esta vida hay que arriesgarse, porque como dicen, ''quien no arriesga no gana''. Otra gente opina, que hagas lo que hagas, al final tu destino no podrá cambiar, que siempre acabará ocurriendo lo que tu destino dicte y no podrás remediarlo,

Yo no creo del todo que exista el destino, siempre se puede cambiar... ¿o no?.



Para terminar dejo un poema que escuche en la película ''Invictus'' (Por cierto buenísima, la recomiendo ^w^)

Desde la noche que sobre mí se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen,
por mi alma invicta.

Caído en las garras de la circunstancia,
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino,
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.

Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años,
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.

No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.

(William Ernest Henley)